Chipre.- En la isla de Chipre, una devastadora cepa de coronavirus felino ha cobrado la vida de miles de gatos, generando alarma entre la comunidad veterinaria y los amantes de los animales.
Aunque no guarda relación con el virus responsable de la covid-19, esta cepa ha desencadenado una mortalidad alarmante en la población felina del país. El brote, conocido como «brote FCoV-23», se ha propagado a lo largo y ancho de la isla en cuestión de meses, afectando a gatos tanto domésticos como callejeros.
La gravedad de la situación ha llevado a las autoridades de Chipre a tomar medidas drásticas y poco convencionales. Aprovechando la aprobación de la píldora anticovid molnupiravir para uso humano, el Ministerio de Salud de Chipre ha autorizado su aplicación en gatos afectados por esta cepa letal de coronavirus felino. La medida busca contener la propagación del brote y reducir la alta tasa de mortalidad entre los felinos de la isla.
El jefe de la Sociedad de Protección y Bienestar de los Gatos (PAWS) de Chipre, Dinos Ayiomamitis, estimó inicialmente que alrededor de 300,000 gatos habían sucumbido a la enfermedad. Aunque luego aclaró que se trataba de una cifra aproximada, la magnitud de la mortalidad no pasó desapercibida.
Activistas por los derechos de los animales han criticado la aparente falta de acción por parte del gobierno chipriota ante esta crisis, mientras que los veterinarios luchan por frenar el brote y salvar a la población felina de la isla.
Si bien el virus no afecta a los humanos y es exclusivo de los gatos, su rápida propagación y alta letalidad entre los felinos han generado un llamado a la acción en la comunidad veterinaria y animalista.
