Ramos Arizpe, Coahuila — A tan solo una horas de las elecciones municipales, ha estallado un escándalo millonario en Ramos Arizpe que pone en jaque a la actual administración y al candidato del PRI, Tomás Gutiérrez Merino. Documentos y evidencia recopilada revelan un presunto esquema de desvíos de recursos y el uso de empresas fantasmas para la adjudicación de obra pública por un total de 150.3 millones de pesos durante los primeros dos años de gestión del actual edil, José María “Chema” Morales.
De acuerdo a investigaciones, en el año 2019 se ejercieron 103 millones de pesos en obra pública, mientras que en 2020 la cifra alcanzó los 47 millones. Del monto total, 14.2 millones fueron adjudicados de manera directa, 73.6 millones mediante invitación restringida y solo 62.5 millones a través de licitación abierta. Sin embargo, aproximadamente el 80% de estos recursos resultaron en fraude y montajes burdos beneficiando a funcionarios locales.
El esquema presuntamente utilizado para desviar los fondos públicos incluía la simulación de concursos con empresas arregladas y el uso de direcciones falsas. Entre las empresas involucradas destacan COSE DE COAHUILA S.A de C.V., que facturó 37.4 millones de pesos y tiene su domicilio en una casa habitación en Monclova, y SERVICIOS Y CONSTRUCCIONES LA HERRADURA S.A. de C.V., que facturó 15.1 millones de pesos y se ubica en una vivienda en Monterrey.
Además, la empresa CONSTRUCCIONES Y EDIFICACIONES ELISIOS S.A. de C.V. figura con dos contratos por un total de 12 millones de pesos y domicilios falsos en Guadalupe, Nuevo León, y Ramos Arizpe. Manuel Constantino López López y José Francisco Curiel Rojas, como personas físicas, también están implicados en el escándalo con contratos que suman casi 7 millones de pesos, y sus domicilios resultaron ser viviendas particulares sin actividad empresarial.
Entre los pocos nombres limpios en esta maraña de corrupción se encuentran SPORTECS SYNTHETIC GRASS S.A. de C.V. y CONBE CONSTRUCCIONES S.A. de C.V., las únicas empresas que tienen un registro formal y dirección verificable.
Este desvío de recursos no solo incluyó la creación de empresas fantasmas, sino también el encarecimiento de materiales e insumos hasta seis veces su costo real. El actual alcalde José María “Chema” Morales, en el cargo desde 2019, ha sido señalado como responsable durante su gestión de estas irregularidades.
El candidato del PRI, Tomás Gutiérrez Merino, tampoco está exento de sospechas. Durante su mandato como Secretario de Desarrollo Social, se le vinculó a un desvío de recursos con una empresa fantasma que facturó cerca de 69 millones de pesos. En 2019, el periódico El Norte publicó una investigación donde se destacaba que una empresa proveedora de despensas tenía como domicilio la casa de un chofer de la empresa GUMOSA, propiedad de Gutiérrez.
Este escándalo pone en tela de juicio la integridad y honestidad de los funcionarios locales, justo en un momento crítico previo a las elecciones municipales, y aumenta la desconfianza de la ciudadanía en sus representantes y candidatos. La Auditoría Superior del Estado podría intervenir, y los responsables, incluyendo al alcalde, tesorero, secretario del Ayuntamiento, síndicos y secretario de Adquisiciones, podrían enfrentar sanciones severas, incluyendo penas de cárcel.

