Monterrey, N.L.– La reciente reforma constitucional al Poder Judicial en México ha generado un clima de incertidumbre en los ámbitos político y económico del país. Sin embargo, especialistas como el Dr. Jorge Arrambide Montemayor, experto en derecho corporativo y administrativo, vislumbran un panorama favorable si las leyes secundarias que se deriven de esta reforma logran aportar claridad y estabilidad jurídica.
Durante un diálogo con el gremio de abogados, Arrambide Montemayor destacó que la reforma podría detonar la inversión en el país para 2025, siempre y cuando se establezcan reglas claras que otorguen certeza a los sectores productivos. “Si las cosas salen bien, podemos ver un incremento significativo en la inversión durante el primer o segundo semestre del próximo año”, afirmó.
Impacto en el comercio y el T-MEC
El especialista subrayó que la incertidumbre generada por la reforma ha afectado tanto al comercio nacional como internacional. Este panorama podría cambiar una vez que entren en vigor las leyes secundarias, lo que se espera para febrero de 2024. Asimismo, enfatizó que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) podría jugar un papel clave al ejercer presión sobre los legisladores para garantizar la creación de un marco normativo prudente.
En relación con las declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump sobre la posibilidad de imponer aranceles generalizados, Arrambide Montemayor señaló que este tipo de medidas no están directamente relacionadas con la reforma judicial, pero sí podrían tener implicaciones en la relación comercial entre los tres países firmantes del T-MEC. Además, destacó las presiones de China en el sector automotriz y otros rubros, lo que podría influir en la toma de decisiones estratégicas para México.
Elección de jueces y magistrados
Otro tema crucial abordado fue la elección popular de jueces y magistrados, uno de los puntos más polémicos de la reforma. Arrambide Montemayor expresó dudas sobre la viabilidad de este proceso debido a la complejidad logística y la falta de preparación ciudadana para seleccionar a funcionarios altamente técnicos. “Elegir jueces no es una cuestión de popularidad, sino de mérito y carrera judicial”, señaló.

El experto también advirtió sobre el riesgo de concentrar demasiado poder en un solo ámbito, lo que podría debilitar la división de poderes. Aunque reconoció la necesidad de una reforma, destacó que esta debería enfocarse en fortalecer las fiscalías y la procuración de justicia, donde, según él, radica el verdadero problema del sistema judicial mexicano.
¿Era urgente esta reforma?
Para Arrambide Montemayor, la reforma judicial no era prioritaria en este momento. “El verdadero cambio necesario está en las fiscalías, donde hay grandes áreas de oportunidad para combatir la impunidad y garantizar una justicia efectiva”, concluyó.
La reforma judicial avanza con incertidumbres y cuestionamientos, pero también con la esperanza de un marco legal que permita a México consolidarse como un destino atractivo para la inversión y el comercio internacional. Solo el tiempo dirá si el beneficio de la duda dado a esta reforma será justificado.
