Espectáculos.- La ópera Atala, una historia de amor prohibido y destino trágico, ha vuelto a estremecer al público tras más de un siglo y medio de ausencia. Gracias a la colaboración entre México: Ópera Studio y Ópera Nuestra Herencia Olvidada, la obra fue rescatada y puesta en escena bajo la dirección de Rennier Piñero, en el Auditorio Carlos Prieto del Parque Fundidora.
La obra, original del compositor mexicano Miguel Meneses, se inspira en el bel canto y guarda similitudes con La Traviata. Interpretada en italiano, idioma predominante en la ópera del siglo XIX, Atala transporta a los espectadores a la Luisiana del siglo XVIII, donde dos jóvenes de tribus rivales, Chactas y Atala, luchan contra un destino adverso.
La ejecución musical estuvo a cargo del maestro Alejandro Miyaki, director musical, y Edgar Vera, quienes interpretaron la partitura a dos pianos, una técnica de alta complejidad. La soprano Ana Rosalía Ramos, en el papel de Atala, deslumbró con una interpretación llena de emotividad, destacándose especialmente en el desenlace, donde su voz transmitió la angustia de un amor imposible. Por su parte, Eduardo Villalba Arreola, en el rol de Chactas, evolucionó a lo largo de la obra, pasando de una serenidad contenida a una pasión desbordante.
El coro, conformado por la V Generación del México Ópera Studio, aportó una atmósfera envolvente a la puesta en escena, consolidando el trabajo de Piñero, quien reafirma su prestigio internacional como director. La recuperación de la obra fue posible gracias a una investigación histórica y la edición contemporánea de la partitura realizada en colaboración con el barítono Carlos Reynoso.
Para quienes deseen vivir esta experiencia única, Atala tendrá una última función el sábado 1 de marzo a las 20:00 horas en el Auditorio Carlos Prieto. Una oportunidad irrepetible para disfrutar de una obra que resurge con el mismo fervor que la vio nacer.
