Monterrey, N.L. — El legendario boxeador mexicano Rubén “El Púas” Olivares Ávila vivió una noche especial en tierras regias, rodeado de amigos, admiradores y amantes del boxeo, quienes se reunieron para rendirle un cálido homenaje en el restaurante “La Bohemia” en Apodaca, Nuevo León.
Aprovechando su visita a la ciudad para asistir a una ceremonia en la que se reconoció a 20 grandes figuras del boxeo nacional —entre ellos Jaime “El Rocky” Balboa—, “El Púas” fue agasajado por un grupo íntimo de amigos, encabezado por Don Salvador Guajardo Martínez, quien organizó un convivio cargado de nostalgia y gratitud hacia uno de los pugilistas más emblemáticos de México.
Durante el encuentro, Rubén Olivares compartió recuerdos de su carrera, consejos para las nuevas generaciones y reflexiones sobre el presente del deporte que lo convirtió en ídolo. “Al box hay que amarlo. Hay que cabecear, hacer de todo, amar la profesión… pero sobre todo, encontrar quien te apoye y te enseñe a pelear”, señaló con emoción.
El campeón originario de Iguala, Guerrero, también habló sobre la evolución del boxeo, destacando la figura de Saúl “El Canelo” Álvarez, a quien elogió por su talento y por manejar su propia carrera. “Es mejor que uno mismo sea su promotor. A nosotros en el pasado no nos daban esas oportunidades”, lamentó.
Con más de 80 victorias en su carrera profesional, Rubén Olivares no sólo conquistó títulos mundiales, sino también los corazones del público, incluso en la pantalla grande, donde participó en diversas películas bajo la dirección de Don Ismael Rodríguez, a quien recordó con afecto.
“El Púas” subrayó la importancia de que los jóvenes deportistas se preparen tanto en el ring como fuera de él. “Los muchachos de ahora deben entregarse, pero también rodearse de gente que los cuide. La fortuna, los vicios y las malas compañías también alcanzan a los grandes”, advirtió.
En un ambiente de camaradería, Olivares destacó los cambios tecnológicos y sociales que ha vivido el deporte. “Hoy me grabas con una cosita (celular)… antes eran grandes cámaras y reflectores”, comentó entre risas, demostrando su carisma intacto.
La velada concluyó con palabras de aliento por parte del excampeón mundial: “En la vida, como en el box, hay que ir de frente, con la mirada puesta en crecer y ser mejores”. Un mensaje que, sin duda, refleja la filosofía de vida de uno de los más grandes íconos del boxeo mexicano.
