Teherán.– Irán respondió de manera inmediata y contundente a los ataques israelíes del 13 de junio, lanzando una ofensiva masiva contra el territorio israelí. En una demostración de poder militar, Teherán desplegó más de 150 misiles balísticos junto con más de 100 drones —acción denominada “Operación Promesa Verdadera III”— en represalia al ataque israelí conocido como “Operación León Ascendente”
El ataque israelí había golpeado centros nucleares en Natanz y Fordow, así como instalaciones militares y mandatarios clave del Cuerpo de Guardianes de la Revolución, incluyendo a los generales Hossein Salami y Mohammad Bagheri, provocando la muerte de al menos 78 personas e hiriendo a más de 320 personas.
La respuesta iraní incluyó múltiples oleadas de drones y misiles, de las cuales algunas alcanzaron zonas urbanas como Tel Aviv, tal como lo confirmó el Observatorio iraní del ataque “Operación Promesa Verdadera III”. El balance provisional reporta un fallecida y decenas de heridos en territorio israelí, junto al uso intensivo del sistema antimisiles israelí para interceptar la mayoría de los proyectiles .
Por su parte, el Gobierno de Irán ha justificado su ataque como un ejercicio legítimo de defensa nacional bajo el marco del Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas . El portavoz de las fuerzas armadas, Abolfazl Shekarchi, sostuvo que el país estaba respondiendo al “ataque salvaje del régimen sionista” y aseguró que este contraataque es solo el inicio de “una respuesta aplastante”.
Desde su máximo liderazgo, Ayatollah Khamenei ha reconocido que el ataque israelí representa un “crimen” y advirtió que Israel debe prepararse para “un destino amargo y doloroso”. Asimismo, Abbas Araghchi, ministro de Relaciones Exteriores iraní, acusó a Israel de cometer “terrorismo estatal” al atacar zonas residenciales y recalcó que Irán utilizará todos sus medios, militares y diplomáticos, para garantizar su defensa.
Este intercambio ha elevado severamente la tensión en Oriente Medio. La ONU convocó una sesión urgente, mientras potencias como Francia, Reino Unido y Estados Unidos han condenado la escalada y pedido contención al conflicto . La guerra híbrida entre Irán e Israel, alimentada por ataques con misiles, drones y golpes a infraestructuras sensibles, ha puesto en alerta a la comunidad internacional, preocupada por un posible enfrentamiento más amplio.
La capacidad iraní para golpear directamente suelo israelí marca un cambio significativo en la dinámica confrontacional. Queda en suspenso si este segundo capítulo abrirá un camino hacia la guerra total, o si el deseo de mantener la estabilidad molecular de la región impondrá límites a una escalada incontrolada.
